Foto: life.ro
En la década de los 80, que resultó ser la última del régimen comunista de Nicolae Ceausescu que terminó en diciembre de 1989, las únicas películas que se podían ver en la televisión rumana eran las películas aprobadas oficialmente por el régimen.
En 1985 Teodor “Dorel” Zamfir, un rumano emigrado a Alemania, regresa a Bucarest y monta un estudio de grabación clandestino en el que logra doblar más de 3.000 películas y copiarlas en cintas VHS. La dobladora de prácticamente todas las películas en inglés es Irina Margareta Nistor, quien durante el día trabaja en el Comisión de Ideología de la Televisión Nacional Rumana (TVR) y por las tardes empieza a doblar las películas que Zamfir le presenta: El Padrino, Taxi Driver, Top Gun, Rocky, Rambo, El Resplandor y muchas otras.
El principal cometido en la Comisión de Ideología de la TVR era la de editar los contenidos que se transmitían en la cadena de televisión, que en la práctica se resumía a elegir los contenidos que se tenían que cortar para cumplir con las directrices morales del régimen. Entre los contenidos que eran prohibidos por este comité de censura se encontraban no solo escenas de películas en las que aparecían mucha comida y muchos productos de consumo, que según los censores transmitían que el Occidente era la tierra de la abundancia y la prosperidad, sino también dibujos animados en los que aparecían globos con los colores de la bandera rumana o escenas de Tom y Jerry en las que salía una mesa llena de dulces.
La labor de Irina en el estudio de Zamfir es encomiable: dobla las voces de todos los personajes que aparecen en cada película durante el primer visionado y en una única toma. Se niega a traducir los insultos en inglés y los suaviza considerablemente en la versión rumana, pero sí puede utilizar una serie de vocablos y expresiones que están prohibidos en su trabajo en la TVR: cura, maldito comunista, Pascua, Dios, Papá Noel y otros. Además, resulta curioso que el doblaje no sustituía al audio original, sino que se emplazaba a continuación del diálogo de la película, por lo que en realidad cada película se veía en dos idiomas: primero el diálogo de la versión original en inglés, seguido del rumano doblado por Irina.
De esta manera, las dos voces más reconocibles en la Rumania de los años 80 eran la de Nicolae Ceasescu y la de Irina Margareta Nistor, con el añadido de que casi nadie conocía a Irina en la vida real y muchos fantaseaban sobre la imagen de la persona que se metía en sus casas a través de su voz en el televisor.
Cuenta Irina en varias entrevistas que nunca sabía si la película que acababa de doblar iba a ser la última, porque la Securitate (la policía política del régimen) estaba al acecho y cualquier día le podían detener por realizar actividades ilegales. Pero la realidad demostró que todo el mundo quería ver esas películas, cuyas cintas llegaban a alcanzar precios delirantes, por lo que cabe suponer que las autoridades hicieron la vista gorda respecto a los miles de cintas VHS que recorrían el país.
En la actualidad, Irina Margareta Nistor tiene 63 años y su vida profesional sigue ligada al cine y la traducción. Es crítico de cine y productora de espacios televisivos y radiofónicos sobre cinematografía, entre los que destaca Vocea Filmelor, su programa de radio que en la actualidad se emite en la cadena Gold FM y que tiene una web dedicada aquí. Y por supuesto, sigue siendo cinéfila: a lo largo de su vida ha visto más de 20.000 películas.
Para saber más
Interesante artículo de Jot Down con mucha información sobre Irina Margareta Nistor y el final del comunismo.
La realidad de estos años queda también plasmada en un documental del año 2015, titulado “Chuck Norris vs. Communism”, dirigido y escrito por la directora rumana Ilinca Calugareanu.
Artículo publicado originalmente en el blog Rumanianado