Foto: LM
Dejó Londres, donde había estudiado, para regresar a Rumania con un claro objetivo, ayudar al desarrollo de la industria del cine en su país. Desde 2016, a través de ADFR (Asociación para el Desarrollo del Cine Rumano), la asociación que fundó, lleva a cabo proyectos destinados tanto a la industria como al público general con el fin de promover el cine rumano.
Crecí con películas, cuando era pequeña solíamos ir de vacaciones o los fines de semana a nuestra casa de la montaña donde había un video y muchas cintas sobre todo cine americano clásico, La gata sobre el tejado de zinc, Esplendor en la hierba, Grease, que eran mis películas favoritas cuando tenía siete u ocho años. Quería ser actriz, mis padres siempre me han animado a probar todo lo que me gusta, así que iba a cursos de actuación, hacíamos espectáculos en el Teatro Nottara de Bucarest, me encantaba. Era un mundo en el que me sentía cómoda, siempre he sido una persona muy libertina, abierta, nunca he sufrido de miedo escénico o nervios por actuar en público por lo que ha sido muy fácil para mí experimentar con la actuación. Creí que iba a ser actriz hasta que a los dieciocho años mientras rodaba la película ¨Love Building¨ en la que tenía un papel secundario, me di cuenta de que me molestaba tener que madrugar, aunque mi escena se filmara por la tarde o que siempre me vestían igual, eran pequeños detalles que no me agradaban y además sentí que no tenía mucho talento en esto de actuar. Sin embargo, esta experiencia de estar en el plató me hizo ver que me atraía más lo que hacían las personas detrás de la cámara lo cual me influyó lo suficiente como para irme a Londres a estudiar Producción Cinematográfica y poco a poco todo fue siguiendo su curso.
Mi estancia en Londres no fue una experiencia muy agradable, provengo de una familia numerosa, he crecido rodeada de personas y de repente me encontré sola en otro país donde casi todos mis compañeros eran ingleses y ya tenían sus grupos de amigos. Me costó hacer amigos no sé si por los horarios, por la dinámica de las clases o la logística en sí de moverte por esta ciudad, no me ayudaron a conocer gente por lo que en mi tiempo libre me dedicaba a estudiar el mercado cinematográfico rumano. Al no sentirme del todo bien en Londres pensaba en regresar a Rumania, donde además tenía a mi novio y a mi familia, quizá sea parte del carácter de los rumanos que tienen ese apego por su tierra independientemente de dónde estén, es algo que he hablado muchas veces con conocidos que han sentido lo mismo.
Dedicaba mucho tiempo a documentarme sobre el mercado rumano que comparado con el mercado inglés me parecía muy diferente y me era claro que Inglaterra comparado con Rumania no tenía una necesidad acuciante de gente ambiciosa, deseosa de hacer y cambiar cosas. Me hice una lista de ideas que quería poner en práctica de forma que pudiera contribuir al desarrollo de la industria cinematográfica rumana, aunque fuera mínimamente. Una gran parte de estas ideas se han convertido en proyectos actuales de mi asociación. Cuando regresé quise ponerlos en marcha y en mi familia, en la que casi todos son abogados, me aconsejaron que creara una asociación para dar cabida a mis proyectos y así apareció ADFR .
Nuestro primer proyecto fue Script Contest del que este año celebramos su quinta edición. Lo iniciamos como un simple concurso de guiones, abierto a cualquier persona que nos lo enviaba por correo, no tenía tasa de inscripción y el premio para el ganador era producir su corto. Por aquel entonces yo acababa de crear mi casa de producción porque quería poner en práctica lo aprendido durante mis estudios y así entre la asociación y la casa de producción las cosas han ido tejiéndose de forma natural y he ido descubriendo que me atrae más la parte creativa que me ofrece ocuparme de ADFR que la producción de películas. Me considero afortunada porque vengo de una familia que me ha apoyado mucho moral y al inicio también económicamente. Mi padre me animaba a seguir adelante e intentarlo y con este apoyo he logrado producir varios cortos y darme cuenta de lo que significaba producir películas, sin duda mi familia fue un gran apoyo en mi primer proyecto Script Contest porque de la paga que recibía de mis padres ahorraba a lo largo del año el dinero necesario para cubrir los gastos del proyecto. Aunque logré manejarme inicialmente poco a poco se fue transformando en un obstáculo porque me di cuenta de que la solución no era ahorrar yo dado que por un lado quería no depender de apoyo financiero familiar y por otro no iba a poder mantener los gastos a largo plazo conforme el proyecto fuera creciendo. Me propuse entonces obtener algún tipo de financiación para cada parte del proyecto y en paralelo fui desarrollando otros más pequeños, que no requerían muchos gastos, para darle visibilidad a la asociación y así fue como surgió Master Class Student Hub que finalizamos en 2019 porque queremos relanzar el concepto con otro formato. Entre medias de todo esto surgió la revista Films in Frames donde consumo una gran parte de mi tiempo y energía, el otro sueño de la infancia cumplido. Mi madre es redactora jefa de la revista Observatorio Cultural y cuando era pequeña miraba lo que hacía en su revista después cogía folios y los grapaba para hacerme la mía. La revista apareció de forma natural inicialmente era un blog en la página de la asociación y un día decidí transformarla en revista, me puse a buscar gente y fue durante la primera reunión de equipo cuando me di cuenta de que realmente estaba pasando, tenía mi revista. En un año ha crecido mucho tenemos unos 4000 lectores mensuales y somos de las pocas revistas de cine rumanas y la única bilingüe en inglés y rumano. Siento mucho apego por ambos y por el equipo que tengo.
Con cada uno de estos proyectos deseamos contribuir al desarrollo de la industria de cine rumana. Hay mucha gente en este mundo que desea aunar esfuerzos para cambiar las cosas, necesitamos cambios legislativos, personas capaces en instituciones que nos representen, esto a nivel macro, pero a nivel micro queremos que todos aquellos que quieran trabajar en Rumania en el cine cooperemos para generar ese desarrollo. Nosotros siendo jóvenes, ambiciosos y entusiastas queremos participar con lo que hacemos por poco que sea. Por ejemplo, las Master Class han nacido porque nuestra Universidad es bastante anticuada en cuanto a métodos y contenidos, más de la mitad de profesores de la UNATC (Universidad Nacional de Arte Teatral y Cinematografía) de Bucarest no tienen experiencia práctica en el ámbito cinematográfico y los estudiantes necesitan aprender de aquellos que tienen experiencias y se encuentran en activo en la industria. Por eso pensamos que con estas clases maestras tendrían la ocasión de hablar, escuchar y hacer preguntas a gente importante dentro de la industria, actores, directores, productores, guionistas, decoradores o cámaras. El Script Contest nace porque no hay guionistas en Rumania, en general los directores son los que escriben los guiones y hemos querido crear una base de guionistas y desarrollar este aspecto dentro de la industria. Poco a poco nos hemos dado cuenta que podría ayudar también a los directores que escriben sus propios guiones a aprender cómo desarrollarlos. La revista surgió porque en el mercado rumano no existía ninguna revista de cine con contenido original semanal y que representara a la industria rumana. Lo que intentamos con los proyectos de nuestra asociación es cubrir algunos de los vacíos que hemos encontrado y ayudar así a la evolución de la industria. Además, nos implicamos mucho en dar al público también y organizamos proyecciones de películas ahora mismo somos los representantes de Rumania en el European Film Promotion y en 2021 propondremos películas rumanas a los grandes festivales mundiales e incluiremos cine rumano en los programas de desarrollo del cine que algunos festivales tienen como Cannes, Berlín o Toronto entre otros muchos.
Intentamos promover el cine y el talento que tenemos porque cada año se observa una mayor diversidad en los temas que se abordan en la cinematografía rumana y esto es positivo. Creo que la nueva ola del cine rumano que nos puso en el mapa de Europa ha hecho un trabajo extraordinario abriendo puertas y tenemos que darles las gracias a estos directores. Hay jóvenes directores y productores que siguen sus pasos pero también están surgiendo jóvenes que se arriesgan e intentan experimentar con otros tipos de cine y ángulos. También hay muchas más mujeres que se van animando y apareciendo en la industria quizá la más conocida en este momento sea Anca Damián una directora de cine de animación es una de las grandes y la única que ha intentado hacer cine animado. Roxana Stroe que se ha remarcado en sus cortos, Ivana Mladenovic que ha hecho dos largos ficción y documental, Adina Pintilie que ganó el Oso de oro en Berlín y muchas otras. Hay también más productoras con Ada Solomon a la cabeza o Ana Maria Antoci existe también en este aspecto diversidad.
Estamos aún al inicio, no hemos llegado a nuestro máximo potencial cinematográfico, hay mucho espacio para desarrollar cosas en el país tenemos muchos cineastas talentosos y nuestra industria es una de las más admiradas y aclamadas de toda Europa, cada año hay una película rumana en las competiciones, se escribe sobre nuestros directores y películas, todo ello gracias a quienes forman parte de esta industria. Soy optimista, hace diez o quince años casi todas las películas rumanas eran muy realistas, ahora hay una mayor variedad, hay películas de acción, comedias, thriller, drama que tienen otro estilo diferente al de la nueva ola y creo que se va evolucionando quizá no rápidamente, pero vamos dando pasos. El contenido es más diverso, sin una dirección clara y sinceramente no creo que me gustaría que hubiera una dirección única creo que la diversidad nos enriquece. Estamos en un periodo de transición y no sé cómo la pandemia nos va a afectar, probablemente que ir al cine será diferente, el contenido online va a seguir ganando terreno y los directores rumanos van a tener que adaptarse de alguna manera, no sé hacía donde vamos, pero sí sé que hay diversidad.
Qué buena entrevista. Me encanta que entrevisten a gente relacionada con el cine rumano porque los y las artistas son quienes están haciendo muchas veces el trabajo que le correspondería a los ministerios y embajadas. Lo que activó mi curiosidad por Rumania fue su cine y siempre recordaré el momento en que me quedé pegado en la butaca, impresionado con lo que había visto.
Ojalá que el Script Contest esté abierto a extranjeros (as) que viven aquí y mucha suerte a Laura, tremendo lo que hace.
Me gustan mucho las últimas entrevistas que hacen. La de Ciprian Necula es tremenda también. Felicitaciones y felices fiestas.
Hola Juan José,
¡Feliz año!
Muchísimas gracias por tu comentario y por compartir tus experiencias. Nos anima mucho saber que gusta el trabajo que hacemos y que realmente estas entrevistas muestran otra cara menos conocida de Rumania y dan otra perspectiva sobre como va evolucionando el país.