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Mi amor por la pintura nace desde que me doy cuenta de que estoy completamente sólo lo cual te lleva a un lugar profundo de ti mismo, a una gran reflexión sobre muchas cosas y cuando empiezas a trabajar contigo surge el momento creativo. Es bien interesante como surge la creatividad en el ser humano no solamente en mí,los artistas nos reconocemos en nuestras acciones y en nuestra voz, en nuestro color, en nuestra identidad y de ahí sale nuestro arte. Tener claro lo que vas a estudiar, lo que quieres ser toma un tiempo, y uno se reconoce en lo que hace, en lo que dice, en lo que piensa, cuando eres consecuente trazas una línea de vida que seguir. La coherencia es el reencuentro con uno mismo y con los demás.
Reconocerte como artista lleva tiempo, pero como yo desde muy niño hice cosas poco a poco fui encontrándome y teniendo muy claro ya pasada mi adolescencia qué es lo yo quería ser y hacer. Ese es mi amor por la pintura, por el lenguaje, por la búsqueda de los significados, los signos y los símbolos. Para mí estudiar arte tomó un tiempo, primero estudié arte y comunicaciones en Brasil, en la Escuela de Arte y Comunicación de San Paolo y luego cuando regresé al Perú entré a la escuela de Bellas Artes y empecé con toda esta parte académica. Lo académico llega un momento en que lo rebasas, no es que lo superes porque toda la vida uno siempre tiene que aprender el oficio, la práctica es importante, pero también el lenguaje porque los artistas somos comunicadores. Un artista puede tener muchos medios para comunicar, no solamente la pintura, el arte es comunicación por lo tanto hay que ser conscientes de lo que decimos, cómo lo decimos, para qué y lo que causa la palabra.
Vivir en Europa durante un tiempo fue crucial para tomar conciencia de mi identidad como artista, como pintor. Los impresionistas causaron en mí un gran impacto porque yo no valoraba mucho eso, sin embargo, me atrajo la luz, el tiempo, el cómo, el porqué y de dónde viene toda la inspiración de los impresionistas. Especialmente el orientalismo que hay, el japonismo que se llamó en esa época. A través de estudiarlo, de verlo, de revisarlo es como yo llegué a mí. La contemplación es un elemento muy importante, te lleva al mundo de la meditación, que también llega a ser bastante orientalista, y no es de extrañar que varios impresionistas se volvieran budistas.
Esta ha sido digamos mi línea de trabajo durante mucho tiempo desde que regresé de Europa al Perú hace muchos años. Y no he dejado de seguir este discurso y este lenguaje que para mí es maravilloso porque yo voy tras la belleza y la estética. Lo estético es lo que más me interesa e inspira.
El lenguaje es uno completamente abierto a las sensaciones que cualquier artista desea provocar, llevarte a un estado de conciencia a través de mi trabajo, porque en realidad la vida está para eso, para compartirla con los demás y cualquier artista que vive de su trabajo, tiene que entregarlo a la gente para ser mejor artista y mejor ser humano.
Mi intención es plantear un poco más de belleza en el mundo y no hay mejor belleza que la naturaleza. La contemplación de la naturaleza, porque día a día se pierde, es terrible la cantidad de árboles que desaparecen, sobre todo en Sudamérica, es bastante triste. Y lo triste es que la gente cree que está ganando mucho dinero talando árboles, haciendo madera y no es así, porque siempre digo que la riqueza de hoy es la pobreza de mañana, y la pobreza significa que nos vamos a quedar sin aire, sin muchas cosas que la naturaleza aporta constantemente. La gente quiere vivir más y ese es el costo de vivir más, acabar con el resto. Las ciudades están acabando con el mundo y ese es el mensaje, reflexionar y decirle al ser humano, no te olvides, los árboles son lo que nos va salvar. Y por eso el alma del árbol también porque el árbol tiene muchos significados, tiene una polilectura, es un símbolo de la vida y de otras muchas cosas. Personalmente forma parte de un estado místico, como crece un árbol, lo generoso que puede ser, que a pesar de todo siempre está ahí, es vida, y cambia muchas cosas en el paisaje. El árbol es algo mágico, el alma del árbol es mucho, pero a la vez tan simple, es casi como un haiku. El público que vea mi arte va a descubrir muchas cosas, mi intención puede ser bastante más profunda, tengo un discurso sobre el paisaje, no eres tú el que mira el paisaje sino el paisaje el que te ve a ti, la perspectiva cambia.
Me interesa en este tiempo que estaré aquí conocer y ver Rumania que no es un país muy conocido o visitado y estoy gratamente sorprendido pese al poco tiempo que llevo porque veo que es un país muy lindo, la gente es muy amable me sorprende mucho que te miren a los ojos directamente lo cual ayuda a tener un contacto inmediato con las personas cosa que en otros países o ciudades no ocurre. No sientes violencia, lo veo un país muy afable con mucha tranquilidad y mucha paz lo cual me fascina además de esta cantidad de verde y diferentes paisajes que me alimentan de una manera extraordinaria.