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Durante las dos últimas semanas Moldavia se encuentra en primer plano mediático debido a una serie de hechos que han dado lugar a una creciente preocupación por lo que pueda suceder en la zona en los próximos meses.
Primero fue la solicitud de ayuda del Parlamento transnistrio a Rusia seguido a los pocos días de una petición similar por parte de la Evghenia Guțul, gobernadora de la región de Gagauzia, durante una visita a Moscú donde se reunió con la presidenta del Consejo de la Federación Rusa, Valentina Matvienko para denunciar las presiones del Gobierno moldavo y pedir protección al Parlamento ruso expresándose en términos muy similares a los del Gobierno transnistrio.
“Las autoridades centrales están violando los derechos del pueblo gagauz, ya se están traspasando todos los límites. Tenemos relaciones amistosas con Rusia desde hace años, queremos tenerlas también en el futuro, queremos contar con el apoyo de la Federación Rusa”, declaró Evghenia Guţul.
Esta última semana en varios eventos el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov hizo varias declaraciones sobre la necesidad de proteger estas zonas y de contener a Moldavia. Mientras el Gobierno moldavo sigue afirmando que estas peticiones y declaraciones forman parte de un plan de desestabilización de Moldavia destinado a influir en los resultados electorales del inminente referéndum para la adhesión a la UE y de las elecciones presidenciales del próximo año.
En este sentido el jefe del Servicio de Información y Seguridad de Moldavia, Alexandru Musteață, revelaba a los medios moldavos este martes el plan de desestabilización ruso. Dicho plan se base en tres líneas de acción con diferentes actores, recursos financieros y propagandísticos.
Para ello Rusia habría dividido a sus personas influyentes en tres categorías: actores políticos que se declaran abiertamente prorrusos, los llamados estatistas (moldavos) y agentes políticos conectados con grupos del crimen organizado.
Según Musteață los de la primera categoría estarían conectados con los servicios especiales rusos y los grupos oligárquicos en Moscú. Los de la segunda categoría “mantienen contactos con representantes del Kremlin de forma camuflada”. La tercera categoría incluye grupos políticos y del crimen organizado liderados por oligarcas moldavos buscados internacionalmente.
Dijo también que la financiación ilegal de los actores implicados en este plan se realiza “a través de métodos tradicionales” como remuneraciones ilícitas y donaciones ficticias, dinero en efectivo traído desde Rusia o a través de tarjetas bancarias emitidas y alimentadas desde terceros países.
En el próximo período estos grupos intentarán generar “crisis de diferentes magnitudes” en varios ámbitos de la vida sociopolítica, incluidos enfrentamientos sociales, para instigar el odio interétnico, crisis de seguridad y de orden público, especialmente en Gagauzia y en la región de Transnistria. Estos disturbios se verían amplificados por un apoyo propagandístico masivo.
En círculos restringidos los dirigentes de la Región Autónoma de Gagauzia están ya discutiendo un plan de acciones radicales para los meses de marzo-abril que desestabilizarían la seguridad al sur del país mientras en paralelo la región de Transnistria lanzaría acciones híbridas contra Chișinău.
“Las protestas antigubernamentales se reanudarán en marzo-abril. Esta herramienta se utilizará para debilitar la confianza de los ciudadanos en las instituciones estatales. El plan de Rusia es transformar las protestas en acciones violentas, en caos y desestabilización, cooptando a personas dispuestas a entrar en una confrontación agresiva con las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley”, advierte el director del SIS de Moldavia.
Encuentros en Moscú
Desde la petición de protección de Transnistria del 28 de febrero han aumentado las referencias a Moldavia por parte de las autoridades rusas, la más reciente ha sido la del ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov quien afirmó que “El régimen de Chișinău sigue los pasos del régimen de Kiev”.
Según publica Stiri.MD, plataforma de noticias moldava, varios políticos pro rusos de Chișinău han sido vistos esta semana en diversos encuentros en Moscú. Concretamente en el Festival Mundial de la Juventud organizado en la ciudad rusa de Sochi al que acudió la gobernadora de Gagauzia Evghenia Guțul junto a cien miembros de las juventudes del partido Renacimiento relacionado con el oligarca moldavo fugitivo Ilian Șor.
En 2023, Ilian Șor fue condenado en rebeldía a 15 años de prisión por corrupción y sus activos fueron congelados, pero el empresario permanece en Israel, donde huyó en 2019. El gobierno moldavo continúa solicitando su extradición de Israel a Moldavia para cumplir la sentencia.
Su partido prorruso ȘOR, fue liquidado y prohibido por el Tribunal Constitucional de Moldavia en junio de 2023 después de meses de protestas organizadas por este partido de las que el tribunal afirmó que estaban diseñadas para desestabilizar Moldavia. En agosto del año pasado el Parlamento moldavo prohibió por ley a los miembros de su partido y al propio Ilian Șor participar en las elecciones durante cinco años. Por este motivo Evghenia Guțul quien había ganado las elecciones de gobernadora en el 2023 como candidato del partido ȘOR pasó a ser candidato independiente.
Evghenia Guțul aprovechó el evento de Sochi para reunirse con Putin, encuentro que fue confirmado por Dmitri Peskov el portavoz de Putin.
“Informé a Vladimir Vladimirovici sobre las acciones anárquicas de las autoridades moldavas, que se vengan de nosotros por nuestra posición cívica y lealtad a los intereses nacionales. Chișinău, paso a paso, nos roba nuestros poderes, limita nuestro presupuesto, viola nuestros derechos legales, provoca inestabilidad y desestabilización en Gagauzia y en todo el país. El líder ruso prometió apoyar a Gagauzia y al pueblo gagauz en la defensa de nuestros derechos, poderes y posiciones legítimas en el ámbito internacional”, escribió en sus redes sociales Evghenia Guțul.
La situación de Gagauzia
Gagauzia es una pequeña región de unos 150.000 habitantes situada al sur de Moldavia. Hay diversas teorías sobre su origen étnico unas afirman que descienden de los turcos mientras que otras afirman que proceden de los búlgaros turquificados. A lo largo de su historia han sido gobernados por rusos, rumanos y moldavos. Tienen relaciones bilaterales relevantes con Turquía y se muestran cercanos a Moscú.
Al igual que Transnistria, Gagauzia declaró su independencia en 1991 en el contexto de la disolución del bloque soviético. Sin embargo, finalmente aceptó integrarse en Moldavia más tarde con cierta autonomía. En su estatuto se estipula que Gagauzia tiene su propio parlamento y gobierno. Además, “en caso de cambio del estatuto de la República de Moldavia como Estado independiente, el pueblo de Gagauzia tiene derecho a la autodeterminación exterior“.
Esta última disposición de la ley debe su origen al “riesgo” de la unión de la República de Moldavia con Rumania, pero algunos analistas creen que su aplicación también podría intentarse en caso de que la adhesión de la República de Moldavia a la UE fuera alcanzada. Precisamente muchas de las protestas del gobierno de la zona comenzaron cuando Moldavia se postuló como país candidato a la adhesión europea.
Las preferencias políticas de la población de Gagauzia siempre han estado a favor de los partidos y políticos prorrusos. En el referéndum de 2014 celebrado en la región sobre una mayor integración con la UE el 97,2% votó en contra. En las últimas elecciones presidenciales del país, en 2020, la actual presidenta Maia Sandu obtuvo un 5.41% de los votos, frente a un 94.59% de su rival el Igor Dodon.
La agresión militar rusa a Ucrania y las consecuencias de la guerra para la República de Moldavia, calentaron los ánimos en la región incluso varios miembros del gobierno local apoyaron abiertamente en sus redes sociales la invasión rusa.