Răzvan Suma y Josu Okiñena:”Hay más inquietud cultural en Rumanía que en España”

Entrevistas

Foto: RS

Cuando hablas con Răzvan y Josu tienes la sensación de estar con dos amigos de toda la vida. Ambos emanan calidez, pasión y calma a partes iguales. Tienen esa tranquilidad de la gente realizada en la vida que adora lo que hace, esa gente a la que le brillan los ojos cuando hablan de su pasión. 

Se completan las frases uno a otro, comparten bromas y anécdotas llevando al terreno personal su comunicación musical de tal forma que cuando uno calla el otro interviene y apenas existen silencios blancas en la conversación que, al igual que un concierto, discurre con sus momentos álgidos y melódicos. Răzvan y Josu, Josu y Răzvan llegan a tal grado de complicidad que no se sabe donde acaba uno y comienza el otro. Son al igual que la música, un ente vivo.

Răzvan Suma lleva una vida entera dedicado a la música. Comenzó a tocar el chelo con séis años convirtiéndose así en el más precoz violonchelista rumano y desde entonces no ha dejado de dedicarse de lleno a este instrumento. Su actual violonchelo fue elaborado por un lutier parisino en 1849. Sincero y vivo, su hablar tiene la calma típica transilvana, elige sus palabras con cuidado y medita cada pregunta respondiendo con la misma precisión y pasión con la que toca su instrumento.

Tras una larga carrera internacional experimenta ahora con nuevos conceptos, con nuevos proyectos musicales como “Vă place Brahms” (Les gusta Brahms) su actual gira de conciertos a dúo por 13 ciudades rumanas. Para ello ha elegido como compañero de aventuras al pianista español Josu Okiñena quien además es su mejor amigo y como él mismo afirma la persona que mejor lo conoce.

Originario de San Sebastián Josu Okiñena, al igual que Răzvan lleva media vida como pianista y se encuentra también en un momento en el que busca nuevos retos musicales que le empujen a seguir creciendo a nivel individual, como persona, como músico y como compañero musical de Răzvan. De gestos armoniosos y sonrisa cálida Josu es, aparte de un excelente conversador, una persona a la que le gusta compartir y compartirse.

El compositor favorito de Josu es Brahms pero aparte de la música clásica adora la música folclórica latinoamericana. Su comida rumana favorita es la mămăligă y los Papanași sobre la que se pronuncia de la siguiente manera: Los Papanași, están de muerte, podría comerlos a diario igual que la mămăligă cu brânză y smântână umm …¡Qué cosa más rica. No puedo parar de comerla ¿Por qué no habrá en España? Jajaja.

Su mejor experiencia musical es la que ha tenido junto a Răzvan de quien destaca que su mejor cualidad es su autenticidad. Entre sus muchos planes está preparando uno, que define como “precioso”, también con Răzvan. “Aprovechando que Răzvan va a venir a España con “Vă place Bach” quiero hacer una exposición científica en el Congreso de Investigación Artística que estoy organizando para julio del 2014 en San Sebastián en el marco de la capitalidad europea de la cultura 2016 y tengo mucha ilusión para que, coincidiendo con su gira española, exponga científicamente cuál ha sido el proceso para llegar a interpretar esta música”.

El compositor favorito de Răzvan también es Brahms y lo que más le gusta de España, además de Sevilla, es su historia que le impresionó profundamente al igual que la gastronomía: “Mi comida favorita es el jabugo jajaja” afirma riendo. También le gustan los músicos españoles como Alejandro Sanz o Chambao. Considera que la mejor cualidad de Josu es su generosidad. “Josu destaca por generosidad humana y profesional. Él me ha cambiado la forma de percibir y de pensar la música. Josu hace música por placer y la consecuencia es la fama, el dinero etc. En cambio aquí en Rumanía prima el dinero y luego viene la fama y el placer pero desde que trabajo con él mi percepción, mi concepto de la música, ha cambiado. Eso es lo que yo he aprendido y ahora intento inculcárselo a mis alumnos”.

Răzvan: Provengo de una familia de músicos, mi madre es profesora de música en un instituto de Cluj y mi padre era contrabajista en la Filarmónica de Cluj. Todos mis hermanos tocan algún instrumento. Dos de mis hermanos tocaban el violín, mi padre el contrabajo y a mí me tocó el violonchelo. A esa edad tan temprana no sientes una predilección por ningún instrumento, no sabes que te gusta, tus padres te guían, te sugieren y de ahí partes. No creo que exista ningún niño de 6 años que diga ¡Ah, estoy enamorado del sonido del piano, del chelo o del oboe!. Como se dice en rumano “pofta vine mâncând” (el hambre se hace comiendo) y comienzas con una cosa, que al principio quizá no te gusta. Es como cuando te vas a China y tienes que comer con los palillos, al principio no estás muy contento y no te apetece luego te vas acostumbrando y poco a poco te acaba gustando comer con los palillos. Con los instrumentos pasa lo mismo”. Estudié en Cluj durante 12 años, al acabar el instituto ingresé en la Facultad de música de Bucarest y luego hice la especialización en Boston.

Josu y yo llevamos 10 años tocando juntos y tenemos algo que va más allá de una relación estrictamente profesional porque existe entre nosotros un alto grado de compenetración y de entendimiento que llega hasta el punto de no necesitar las palabras para entendernos”.

Josu asevera y añade: ”A veces basta con un simple gesto suyo o mío y ambos sabemos que siente el otro y qué tenemos que hacer”.

Răzvan continúa: Es una amistad muy profunda, tan profunda que a veces parece que seamos uno y es una delicia. Desde mi punto de vista es la relación profesional más estable que he tenido más que nada porque no he cantado con nadie así de regular durante 10 años. He cantado con otras personas, he hecho dúos musicales pero no se compara con otros pianistas. Hacemos unos 15 ó 20 conciertos al año”.

Josu prosigue: “Nos conocimos en el verano del 2003 en el concurso de música de Villa de Llanes.Yo estaba allí dando clase e iba de pianista acompañante en el concurso y Răzvan vino para concursar.

Mi primer contacto con él fue una llamada de teléfono de una chica que me hablaba en inglés preguntándome si yo era Isu Okinená, la pianista japonesa. Me dijo que estaba buscando a un pianista que acompañase a su esposo que iba participar en el concurso. Entre los pianistas había dos rusas y yo, la supuesta japonesa”.

Răzvan completa :“Por razones obvias elegí a la japonesa jajaja. Finalmente por cuestiones de organización del concurso no pude tocar con él.

Mis motivos para ir al concurso también tienen gracia. Verás, yo me iba a casar con mi esposa, Analía y queríamos hacer una boda sencilla pero necesitábamos dinero para organizarla, así que decidí ir a este concurso para ganar dinero y poder casarnos. El premio eran unos 2500 euros.

Al final el primer premio quedó desierto y me dieron el segundo premio pero gané mucho más con la amistad de Josu. El dinero me lo enviaron 6 meses después y con los descuentos de los impuestos se me quedó en la mitad jajajaj”.

Josu: “A mí me pareció un músico alucinante, de esos que te encuentras muy pocas veces y acordamos volver a tocar juntos y ver como nos sentíamos. Él se marchó porque tenía que casarse y a los pocos meses nos reencontramos en Alemania para preparar un repertorio y hacer unos conciertos por el País Vasco. Así fue como empezamos a sentirnos agustísimo haciendo música.

Me encanta tener sensación de trabajar con alguien de forma continua y con Răzvan es…como si lo conociera de otra vida, le pillo al vuelo lo que va a hacer, lo intuyo, no me hace falta ni mirarle es una sensación…es energía pura”.

Răzvan asintendo:Esto nos pasa también cuando leemos la partitura ; sucede sin más, nos conectamos y ni siquiera tenemos que verbalizar qué es lo que queremos hacer, si quiero ir más lento o más rápido no, se trata sólo de la música. Ella nos conecta.

La parte bonita de esta profesión es que llegas a conocerte en profundidad. Hacemos muchos desplazamientos y pasas mucho tiempo en la carretera. El otro día sin ir más lejos regresábamos de un concierto, el viaje duraba 7 horas y bueno duermes un rato…”. Interrumpe Josu: “Bueno el que no conduce claro jajaja” .“Sí, sí, dice Răzvan, que a mí no me deja conducir jajaja, no se fía jajaja”.

Lo que te estaba diciendo, al final ¿qué haces?, hablas y hablas y te conoces de la forma más sincera posible hasta tal punto que no puedes ni mentir, sencillamente te sale la sinceridad.

Normalmente yo me ocupo de la promoción y organización de los conciertos aquí y Josu se relaja y luego cambiamos los roles cuando tocamos en España. El otro día Josu me decía después de un concierto: “Me acabo de subir en un coche de alguien que no conozco y no se ni dónde vamos pero me da igual porque me siento bien y se que todo está controlado jajaja.

Josu: “Me encanta eso de poder abandonarte y decir: Llévame a dónde quieras…es una gozada…hay que aprovechar porque nadie sabe el trabajo que supone organizar un concierto, la cantidad de problemas que hay que resolver. En España no te dejan ni exponer lo que quieres decir y ya te vienen con el no.

Ahora en España es muy difícil organizar nada, antes había fondos destinados a cultura ahora no los hay más y no se como va a tirar la cultura para adelante.

Y por eso ahora mismo estamos disfrutando mucho de este proyecto en el que estamos inmersos. Me encanta poder tocar en Rumanía de nuevo y con Răzvan .Ya me había invitado a otros conciertos en años anteriores pero el concepto de “Vă place” es otra cosa te permite tocar de forma continuada durante 13 conciertos con una persona lo cual es un lujo aparte de poder recorrer Rumanía que es un país que me encanta”.

Răzvan: place es un proyecto que comenzó el año pasado con place Bach. Inicialmente estaba pensado para hacerlo en solitario y poco a poco ir trayendo invitados y Josu ha sido el primer invitado, me pareció el más adecuado y cercano a mí. No se que pasará el año que viene. Es un proyecto que tiene muchas posibilidades y puede adaptarse a otros compositores o géneros como no se Vă place tango y justamente para eso fue creado, para ser flexible. Inicialmente estaba pensado para una duración de 5 años y ahora prácticamente lo ponemos en escena. Este año es el segundo y ya hemos realizado con anterioridad dos giras dedicadas a Bach y esta sería la tercera gira y la primera dedicada a Brahms.

Las giras anteriores han dado el proyecto a conocer y lo han hecho notorio. Es un proyecto pensado para Rumanía y no se que posibilidades tiene de ser adaptado fuera del país ya que es un proyecto complejo pero si se pueden sacar afuera partes del mismo en otro formato. Existen varios motivos por los que hemos decidido hacer este proyecto en formato gira por Rumanía en vez de una serie de conciertos en una sala grande.

Llevo 8 años dando conciertos por toda Rumanía, como solista, en dúo o en trío y siento que es mi deber como músico evolucionar, crecer junto a mi público por eso me gusta hacer giras y llegar a sitios donde la música clásica no llega fácilmente. En esta gira aparte de tocar en ciudades grandes como Cluj, Timişoara también tenemos conciertos en lugares como Carei, Piteşti o Suceava, y considero que es importante que en los grandes torneos se incluyan a las localidades más pequeñas porque el público es igual de grande, de importante. Su hospitalidad para mí es muy importante y así nos sentimos nosotros bien y recibimos su cariño. Es un intercambio de generosidad.

El otro motivo es profesional porque ¿quién en este mundo te ofrece la posibilidad de dar 13 conciertos con el mismo programa uno tras otro que es lo que hace que un músico evolucione? El nivel profesional que alcanzas con esta continuidad te hace mejor profesional, llegando casi a rozar la perfección”.

Josu: Hemos elegido Brahms porque es una música que sentimos especialmente cercana en la forma de concebir la música. Es un romanticismo alemán con una estructura muy sólida en la que nos encontramos muy agusto, aparte de que es uno de los mejores repertorios que existen para piano y chelo. Además me encanta este país.

Cuando vine a Rumanía por primera vez mi primera impresión fue que acababa de descubrir un mundo nuevo porque la información que yo tenía sobre Rumanía no tenía absolutamente nada que ver con la realidad de aquí. Me encontré un nivel cultural exquisito, unos públicos muchísimo más cultos que en mi país con una formación musical muchísimo más elevada y un país con un nivel de comunicación mucho más elevado que el de España. De hecho aquí me puedo entender con todo el mundo en inglés cosa que en España no pasa. A nivel de teatros, de literatura de óperas, de calidad musical de los estudiantes no tiene absolutamente nada que ver con mi país. Lo que a mí se me había vendido de Rumanía no tiene nada que ver con lo que me he encontrado, y cuanto más regreso más me reafirmo.”

Răzvan: “A mí también me encanta España. Para mí ha sido siempre un lugar especial y se ha convertido en más especial desde la primera vez que llegué a San Sebastián. He ido muchísimas veces a España y la conozco de Norte a Sur. Me encanta, Madrid, Sevilla…todo el país es extraordinario. La primera vez que pisé España, igual que me pasó en Argentina de donde es mi mujer, pensé que como no aprendiera español rápido me iba a aburrir así que lo he aprendido rápidamente y cada vez que voy a España me siento increíblemente bien.

Allí hay un tipo de hospitalidad diferente al de Rumanía y a la que me he adaptado muy bien. Josu tiene una familia increíble que me adoptó desde el primer encuentro y así lo sentí cosa que hace diez años con la imagen que se tenía en España de los rumanos…Nada más entrar su padre hizo un par de bromas conmigo sobre los rumanos y listo nos convertimos en los mejores amigos jajaja”.

Josu: “Otra cosa curiosa por ejemplo, son las diferencias entre el público rumano y el español. La diferencia es brutal. El público rumano es un público más educado musicalmente que el español”.

Răzvan: “Bueno eso depende también de las salas en las que toques porque durante esta gira tocamos en lugares donde el público no está tan acostumbrado a la música clásica y allí Josu va a ver otro tipo de público diferente al que hasta ahora conoce pero no por ello menos generoso. Yo siento que el público rumano quiere aprender, está abierto a aprender y así me lo hacen saber. Yo también me he sentido muy bien en algunas salas de España”.

Josu: Sí, hemos tocado en algunas de las salas más prestigiosas de España pero en general yo sigo diciendo que hay más inquietud cultural en Rumanía que en España incluso entre los jóvenes, nuestros adolescentes no tienen ese apetito cultural.”

En la actualidad ambos compaginan sus proyectos musicales con la docencia. Răzvan desarrolla una intensa actividad pedagógica como profesor asociado a la Universidad de Música de Bucarest y ha impartido cursos de especialidad en España, Argentina, Corea y Rumanía y Josu como jefe de cátedra del Despartamento de Investigación y Doctorado del Musikene de San Sebastián.

Răzvan :”Es una experiencia maravillosa y complicada al mismo tiempo porque nosotros en calidad de profesores tenemos que ser camaleónicos y adaptarnos a las necesidades concretas de cada estudiante. No existen similitudes entre los estudiantes, cada uno es un ser único lo que te obliga a adoptar diferentes técnicas de enseñanza con cada uno de ellos. Yo después de 5 horas de dar clase estoy muerto, es muy solicitante. Pero la vida de ese músico depende del conocimiento del profesor y tienes una gran responsabilidad porque si tú te das cuenta que este estudiante no va a poder vivir de la música tienes que ser sincero y decírselo, cosa que en general en el sistema educativo no se fomenta.

Josu: “La experiencia de la enseñanza te enriquece muchísimo porque te obliga a hacer un ejercicio de reflexión continuada con gente de otro entorno cultural, de otra sociedad y a mi me parece una experiencia fantástica. A cada persona le enseñas lo que te demanda hay que favorecer el aprendizaje del alumno frente a la enseñanza”.

Se dice que la música traspasa fronteras y así lo demuestran Răzvan y Josu con sus proyectos interculturales. Ambos son dos personas inquietas para las que la música no es una simple profesión sino una extensión de su persona que se percibe en su forma de ser y de hacer. Un regalo que comparten con todo aquel dispuesto a escuchar.

 

1 thought on “Răzvan Suma y Josu Okiñena:”Hay más inquietud cultural en Rumanía que en España”

  1. Extraordinaria pareja unida por la música.
    Me gustaría poder escucharlos alguna vez

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