El primer año

Miscelanea

Foto: Andreea Prelipcean

12 meses, 52 semanas, 365 días

Mi concepción no fue accidental sino fruto de la pasión, fui deseado y así lo sentí desde el primer segundo de mi existencia. Aunque mis padres tenían experiencia y no eran primerizos yo era el primer mestizo de la familia, por eso hubo muchos nervios antes de mi nacimiento casi todos ligados a la aceptación social que tendría alguien crecido a caballo entre la cultura rumana, latinoamericana y española. Me gusta el hecho de llevar el ADN de tres culturas con las que tanto me identifico.

El embarazo discurrió entre la alegría de los primeros latidos y los temores de cualquier padre ante la llegada de un recién nacido. No faltaron los antojos típicos que obligaban a cambiar los planes establecidos de un día para otro. Las ecografías daban signos de una buena salud y mis padres sonreían pensando: a quién se parecería, qué diría la gente…

Se sucedían los preparativos y ante mi inminente llegada afloraban los nervios; Y si… era la forma habitual de comenzar el día: Y si no estamos preparados, y si no sale bien, y si la familia no quiere reconocerlo, y si no se adapta, y si se convierte en un apátrida. Tras nueve meses de intensa preparación física y mental para mi nacimiento, vine al mundo el 8 de febrero de 2012.

Mi primer año de vida ha sido intenso, como cualquier otro proyecto de mi edad me he dedicado a habituarme al mundo y a tomar conciencia de quién soy. Todos los miembros de la familia, que es numerosa, me habéis visto crecer y habéis compartido vuestro cariño y momentos conmigo, incluso cuando solamente balbuceaba y me asomaba tímidamente a vuestras pantallas. Algunos tardaron en venir a visitarme, pero una vez lo hicieron, nunca dejaron de interesarse por mí. Puede decirse que nos hemos ido conociendo y descubriendo unos a otros.

Este año he sido arrullado por el son de Willmark, bajo la atenta mirada de Mila. He reído con las bromas de Alvin, disfrutado con Aixa, me he entusiasmado con las aventuras de Miguel, y con las películas de Jesús mientras me empapaba de la humanidad de Carmen, me contagiaba del dinamismo de Fabián y del cariño cultural de Carlos.

He aprendido a través de Historias sobre el pasado común de Rumania y España, que el rumano es un idioma peculiar con personalidad múltiple, que en el Sinaí existen unos beduinos que son de origen rumano, que en Rumania hace años nacieron muchos niños llamados “decreţei”, que la primavera se llena de Martișori y Moș Nicolaetrae regalos a los niños en diciembre.

Me he enterado de que el mundo, que aún estoy descubriendo, es un lugar complicado y los tiempos que me han tocado vivir un tanto convulsos. Moviéndome 360º en este panorama he vivido el conflicto de Rosia Montana, la aprobación de una Ley llamada Gran Hermano (que nos vigila por internet). He aprendido que hay formas alternativas de relacionarse y emparejarse y que algunas personas como son los colectivos LGTB no pueden hacerlo libremente y necesitan que protejan sus derechos. Asimismo he tenido un verano revuelto en el que he asistido a la primera condena de un político rumano por corrupción, a la suspensión y retorno en menos de tres meses de Basescu, el Presidente rumano. Aunque no puedo votar he sido testigo de las elecciones locales y nacionales y he aprendido que la política es algo complejo que no gusta a la mayoría y que por eso los ciudadanos presentan sus propias iniciativas con la esperanza de cambiar algo.

En el día a día mis padres al igual que el resto de la familia tienen que lidiar, aparte de con mi crecimiento y necesidades, con la adaptación al país, con entender cómo funcionan determinadas cosas. La verdad es que me da no se qué convertirme en adulto viendo la cantidad de asuntos sobre los que tienes que saber. Es Como la vida misma donde tienes que aprender idiomas para manejarte en las compras, en el transporte, en el doctor o en el dentista. Luego tienes que entender muchas leyes para poder hacer tu vida: que si la ley laboral, que si la de las ruedas de invierno y la Rovinieta, el voto para extranjeros residentes, cómo casarse en Rumania y saber que si tienes problemas puedes apelar a la Ley de mediación.

La Vivienda es otro tema delicado ya sea el buscar residencia como Erasmus, buscar piso, conocer tus derechos como inquilino o asegurar tu vivienda. La mayor preocupación de los adultos es el Trabajo sobre todo cuando se mudan a otro país y no saben por dónde empezar a buscar, cual es la legislación y requisitos laborales o como pueden convalidar sus estudios universitarios para encontrarlo. Algunos de mis familiares son más Emprendedores y prefieren iniciar un negocio en Rumania o participar en las licitaciones. Mis padres se preocupan  también por mi Salud y Educación y por eso han estado interesándose por la escolarización en Rumania y por el turismo dental (aunque aún no tengo dientes).

A lo largo del año la familia me ha ayudado a decir mis primeras Palabras en rumano. Ahora puedo decir tanti, gata, smecher, prost, ochelari,rumañola, bunica, Martisor,stanga, papa lapte, cumsecade y te iubesc. Al igual que cada uno tiene una palabra favorita todos tenemos nuestra propia forma de ver las cosas, nuestras propias miradas. Así es como he visto el país en el que vivo desde otra perspectiva cultural y he Mirado a Rumania con los ojos de María, de Natalia, de Jesús, de Javi y de Andreea.

Tengo muchos padrinos y cada uno intenta enseñarme algo, haciendo un poco de Miscelánea me han hablado de la música rumana, narrado la vida y obras de dos escritores rumanos, Mihai Sebastián y Camil Petrescu. Como les encanta contar batallitas no me he librado de los recuerdos de la mamaliga, de la Rumania de finales de los noventa y me han divertido mucho sus descripciones de los personajes de las películas rumanas.

Durante la Sobremesa, mientras yo sesteo, los miembros de la familia se ponen a desgranar recuerdos sobre sus primeros amigos en Bucarest, lugares emblemáticos como La Motoare y su ascensorista, el pasaje Vilacrosse o el Kilómetro Cero de Piata Universitati. Nunca faltan sus repentinas llegadas a Rumania, sus percepciones sobre lo que ha cambiado en el país, sin olvidar los maidanezi, para acabar siempre repitiendo que “Todos los caminos les llevan a Rumania”.

En cuanto a mis padres, ellos tienen su propia visión de cómo ha transcurrido mi primer año de vida: “Hemos pasado por todas las etapas: alegría, preocupación, estrés, frustración, falta de tiempo y de sueño, pero como buenos latinos siempre hemos salido adelante con mucha pasión y una gran sonrisa. Hemos ido aprendiendo sobre la marcha y se nos ha abierto un mundo diverso. Como cualquier padre nunca sabes si lo estás haciendo bien y por suerte esta familia numerosa nos ha apoyado con sus sugerencias y palabras de ánimo.

Ahora que Hispatriados ha dado sus primeros pasos virtuales esperamos que pronto esté preparado para darlos fuera y poder conocer a la familia y pasar tiempo juntos.” Mientras seguiremos conociendo, participando e integrándonos.

 

2 thoughts on “El primer año

  1. ¡Felicidades HISPATRIADOS por vuestro primer año.!
    Os he seguido y he disfrutado con vosotros con las fotos, entrevistas, palabras…
    Con vosotros he aprendido un poco más del mestizaje, del encuentro de culturas.
    Pero sobre todo me gusta vuestro espíritu.
    ¡Larga vida !

  2. Gracias HISPATRIADOS por vuestra labor informativa, educativa, constructiva y entretenida que reúne una gran cantidad de recursos muy útiles para un amplio abanico de gente, extranjeros y rumanos, a todos nosotros que somos un híbrido cultural cuya fibra es el idioma español y respiramos aire rumano.

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